-¿Acepta pago con tarjeta?
-Sí, bueno, no… Es que, de eso se encarga mi secretaria, yo, ya sabe…
Me miró colocando sus gafas con más torpeza que otra cosa.
Alcancé a coger mi sostén que yacía en el suelo como una joya dorada…
-Creo que se deja el bolso…
-Que despiste, gracias…
Esperaba que la cita fuera más ortodoxa, más formal, de rigor. Sabía que me enfrentaba a un alcohólico convencido, anónimo por derecho, y sabía que, en esa cancha, dominaba su ego desde el principio.
Pensé, de todas formas, que por su trayectoria, estaría mucho más sereno en el trato durante esta primera cita, como si yo hubiera sido una paciente desconocida o un nombre más en su lista.
Pero no fue así, qué coño.
Yo estaba tan excitada como una virgen ante el desnudo de su amante, y él tan excitado que podría haberme penetrado nada más entrar.
Y el caso es que fue así. No hubo demora, ni preliminares estúpidos, ni una tregua que deparase un par de copas y algo de jazz.
Ni había tiempo ni lo necesitábamos.
Todo fue desvestirnos mientras comenzábamos a penetrarnos con una premura de muerte súbita. Caer en el diván de cuero y follar a pierna suelta.
Sin decirnos, sin pedirnos otro permiso que el de girar el cuerpo para seguir de este o del otro lado.
Y fue así, sin más.
Llegué, lo sabía, me sabía: quería y yo también.
Nos lo hicimos. Terapéuticamente, eso sí.
La próxima sesión es esta semana. Espero tener oportunidad de consultarle mi problema.
-Sí, bueno, no… Es que, de eso se encarga mi secretaria, yo, ya sabe…
Me miró colocando sus gafas con más torpeza que otra cosa.
Alcancé a coger mi sostén que yacía en el suelo como una joya dorada…
-Creo que se deja el bolso…
-Que despiste, gracias…
Esperaba que la cita fuera más ortodoxa, más formal, de rigor. Sabía que me enfrentaba a un alcohólico convencido, anónimo por derecho, y sabía que, en esa cancha, dominaba su ego desde el principio.
Pensé, de todas formas, que por su trayectoria, estaría mucho más sereno en el trato durante esta primera cita, como si yo hubiera sido una paciente desconocida o un nombre más en su lista.
Pero no fue así, qué coño.
Yo estaba tan excitada como una virgen ante el desnudo de su amante, y él tan excitado que podría haberme penetrado nada más entrar.
Y el caso es que fue así. No hubo demora, ni preliminares estúpidos, ni una tregua que deparase un par de copas y algo de jazz.
Ni había tiempo ni lo necesitábamos.
Todo fue desvestirnos mientras comenzábamos a penetrarnos con una premura de muerte súbita. Caer en el diván de cuero y follar a pierna suelta.
Sin decirnos, sin pedirnos otro permiso que el de girar el cuerpo para seguir de este o del otro lado.
Y fue así, sin más.
Llegué, lo sabía, me sabía: quería y yo también.
Nos lo hicimos. Terapéuticamente, eso sí.
La próxima sesión es esta semana. Espero tener oportunidad de consultarle mi problema.
10 comentarios:
Pues terapeutico si que suena, si... ;-)
Creo que me voy a hacer terapeuta de estos.
Vaya!!!!! Por fin regresa. Pero me ha dejado con dos palmos... demasiado breve (pero igualmente excitante) tras tanta espera. Aguardo ansioso esa próxima sesión y averiguar "su problema".
Un beso terapéutico.
Qué terapeuta es ese? pásame el telefono...
Yo como Pilar, quiero el tf de ese "buen terapeuta" :))).
hazme un sitio en el diván ese, anda... por faaaa
P.D.(Doctor... ¿cón DOS PALMOS!!! le ha dejado? ufff qué barbaridad... dos palmos...)
seguro que son dos palmos????
Buen post
Muy tu
a penetrarnos ? los dos ? uno al otro ? o ... ?
He leido este articulo y pienso que seria interesante que supieran que existe un calzado llamado VITACON, el cual soluciona un sin fin de problemas para las mujeres que les gusta llevar tacon alto, ruego se visite la pagina:
WWW.vi-tacon.com.
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