05 septiembre 2008

Entre otras cosas...

Tras más de un año, con todos sus meses, sus días, sus horas; Con todo su tiempo lleno de cosas por, para y sin hacer, Helena fue madre de una niña hermosa, a la que llamó Luna en honor a las noches en vela. El padre de la criatura, un respetable padre de otra familia.

Helena y su Luna, y sus noches en vela de pañales y teta y biberones se instaló en casa. En una casa que hasta entonces había sido mía. Y es que, no escarmiento ni tampoco sé dejar a nadie en la estacada y joder, así no hay quien viva su vida, ni yo la mía.

Hace poco más de un mes que Helena consiguió enderezar su historia y alquilar un piso, no es que no lo hubiera hecho antes por falta de dinero, porque yo misma se lo hubiera prestado a cambio de recuperar algo de independencia, sino más bien, por falta de madurez; y eso, coño, ni se compra, ni se vende, si aparece de la noche a la mañana. Pero vaya si su hija a puesto un punto de cordura en su cabeza de transparencias y peinados magníficos.

Y ahora las echo de menos, a ella y a su hija. De pronto la casa se ha quedado en silencio.

He aprendido a olvidar a algunos de mis hombres y lo más jodido de todo, a engancharme justo del que no debo.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Joder, qué nostálgica. Supongo que esta ausencia forma parte de un capítulo intenso y turbulento que ha provocado muchos cambios.

Ánimo nena. Tengo recetas.

Turulato dijo...

Doctor.., ¿nostálgica?. Puede. Yo, más bien, la percibo tierna.

Ana María dijo...

Yo la percibo con mucha añoranza.
Un placer volver a leerte :).

Anónimo dijo...

EStoy por ponerle velas al mes de septiembre.
Primero vuelve el Vansi, y ahora tú. No sé a qué extraña conjunción astral se debe, Tacones, guapa, pero que dure.

Belén.

el_irlandés dijo...

Oh my god, alabadas sean las deidades divinas. Menos mal que ha regresado, empezaba a darme náuseas la salsa de tomate.

Por cierto, ya me contará qué extraña conexión existe entre usted y el señor Vansi, que les lleva a ir y a venir en incomprensible compenetración coital (o algo de eso).

Mar dijo...

Deber... deber... ¿enganchada?... ¡tu disfruta sin hacer daño y lo demás son cuentos! ¿Acaso el deber no empieza por una misma?.
Un placer la vuelta. ¡Un beso!

MALEFICABOVARI dijo...

JODERRRRRRR¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Tacones, qué alegría¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Pues me alegro de tu vuelta, me alegro de tu nueva independencia, úsala, estírala, cométela, y en compañía, que lo de la casa sola, a ratos mola, pero vamos, que queda mejor un tío sentado en el sofá, si es el malo de turno, mejor que mejor, hijaaaaaa, que yo peco igual, y la verdad, qué aburrida sería la vida con alguien que sí nos conveniese... me imagino en el puto Jardiland comprando plantas los sábados por la tarde... Noooooo, es mejor esto de vivir la vida tipo estrellasdelrock, aunque te digo, y lo sabes, pasa factura del carajo. Por fuera de puta madre, pero por dentro recosidas y viejasviejas. Hablo por mi, pero se que me entiendes de sobra. Te dejo un besazo enorme, tía, qué subidón verte¡¡¡¡¡¡¡

Apesardemi dijo...

En muchas ocasiones, olvidar es necesario para seguir viviendo pero poder hacerlo no depende completamente de nosotros.

Debe ser época de añoranzas.

Después de mucho tiempo, un beso.